Es necesario que el feminismo entre en la agenda de las transformaciones políticas, económicas y sociales. Porque cada día es 8 de marzo hasta que asumamos la igualdad de género como un triunfo social para todos.
Hace ya más de una semana que miles de mujeres salimos a la calle a hacernos más visibles todavía. En Sant Cugat, nuestra ciudad, también se hizo una manifestación por la mañana y la primera cena de mujeres en el marco del 8 de marzo con la entidad No estás sola.
Una jornada memorable y emotiva. Memorable porque miles de mujeres diversas, llenamos las calles de tantas ciudades al clamor unánime de decir basta a las discriminaciones sexistas existentes aún en la actualidad.
Emotiva, porque éramos de todas las edades y en especial, muchas chicas jóvenes, con su energía y todo un camino por recorrer apoderándose y haciendo frente al machismo existente. Y muchos hombres valientes que nos acompañaron, a nuestro lado, también emocionados, porque han entendido que el feminismo es una causa de democracia, de justicia social y de equidad.
Y después de llenar las calles y de marcar un hito histórico, ahora hace falta que el feminismo entre en la agenda de las transformaciones políticas, económicas y sociales. Soluciones estructurales a la desigualdad de género, empezando por hacer un pacto serio educativo para introducir la coeducación como eje transversal; abordar la violencia machista, la que mata y la que no matando, deja secuelas en las vidas de las mujeres y niños que la han sufrido; la intolerable brecha salarial y el techo de cristal, el acoso sexual o por razón de sexo en el trabajo, la pobreza femenina, el reconocimiento de las tareas de cuidado ...
Porque cada día es 8 de marzo hasta que asumamos la igualdad de género como un triunfo social para todos.
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